viernes, 27 de marzo de 2015

Textos del tema ALFONSO XIII Y LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN (1902-1931)

Joaquín Costa: la tierra y la cuestión social (PAEG)

El pueblo gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en su hogar, su mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para empeorar (…), el régimen liberal ha hecho bancarrota.
¿Y sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron más que de escribirla en la “Gaceta”, creyendo que a eso se reducía todo; porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y raíz en el cerebro y en el estómago; en el cerebro, mejorando y universalizando la instrucción, en el estómago, promoviendo una transformación honda de la agricultura, que la haga producir doble que al presente y disminuya el precio de las subsistencias, y, mediante la difusión de la propiedad territorial, elevando a los braceros a la condición de terratenientes.
Se contentaron con la sombra, olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera garantía, que se hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevitable. No vieron que la libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos los derechos individuales y de todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene la llave de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no puede ir a donde quiere; no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere; no puede el día de las elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y el que no ve tiene que ir conducido por un lazarillo (…) Esto lo vieron claramente los hombres de Estado de 1873, preocupándose tanto como de la reforma política, de la reforma social cuando todavía podía ser sazón de que fructificase pacífica y evolutivamente, sin los grandes trastornos y conmoción que ahora nos amenazan y que empiezan a alarmar a todos los partidos (…)
JOAQUÍN COSTA: “La tierra y la cuestión social”. 1902

Oligarquía y caciquismo: la visión de Joaquín Costa

“Con esto, llegamos por la mano a determinar los factores que integran esta forma de gobierno y la posición que cada uno ocupa respecto de los demás.
Estos componentes exteriores son tres: l ° Los oligarcas (los llamados primates), prohombres o notables de cada bando, que forman su “plana mayor”(1), residentes ordinariamente en el centro; 2° Los caciques, de primero, segundo o ulterior grado, diseminados(2) por el territorio; 3° El gobernador- civil que les sirve de órgano de comunicación y de instrumento. A esto se reduce fundamentalmente todo el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la nación.
Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante, distribuida y encasillada en ‘partidos’. Pero aunque se lo llamemos, no lo es; si lo fuese, formaría parte integrante de la nación, sería orgánica representante de ella, y no es sino un cuerpo extraño(3), como pudiera serlo una facción (4) de extranjeros apoderados por la fuerza de ministerios, capitanías, telégrafos, ferrocarriles, baterías(5) y fortalezas(6) para imponer tributos y cobrarlos.
En las elecciones (…), no es el pueblo, sino las clases conservadoras y gobernantes, quienes falsifican el sufragio y corrompen el sistema, abusando de su posición, de su riqueza, de los resortes de la autoridad y del poder que, para dirigir desde él a las masas, les había sido entregado”.
(...) Contener el movimiento de retroceso y africanización absoluta y relativa que nos arrastra cada vez más lejos, fuera de la órbita en que gira y se desenvuelve la civilización europea; llevar a cabo una total refundición del Estado español sobre el patrón europeo(7), que nos ha dado la historia y a cuyo empuje hemos sucumbido(...) o, dicho de otro modo, fundar improvisadamente en la Península una España nueva, es decir, una España rica y que coma, una España culta y que piense, una España libre y que gobierne."

JOAQUÍN COSTA: Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España. Madrid, 1901.

(1) la “plana mayor” del ejército o la política son los máximos dirigentes, los que toman las decisiones más importantes
(2) dispersos
(3) algunos ilustrados tampoco consideraban al clero como parte del “cuerpo” de la nación (corporativismo), sino ajeno a él, porque lo explotaban, y algo que “destruye” a un ser, no “puede” formar parte del mismo,…
(4) grupo
(5) defensas y cañones de costa
(6) defensas terrestres
(7) una característica del pensamiento de Costa es seguir el rumbo marcado por Europa

Las críticas del general Polavieja

“Mi querido amigo:
Noto con gusto que no a todos los españoles falta, en estas horas tan tristes para nuestra Patria, lo que se ha llamado la dignidad del infortunio, y que tras de las clases sociales (…) palpita, llena de anhelos de mejora y de enmienda, una España que no se resigna a morir.
Es imposible seguir así: los organismos que dirigen son impotentes para la reconstitución deseada por todos. Persistir en no rectificar nuestro sistema político, sería condenarnos a una postración vergonzosa, y tras de ella a una muerte segura.
Ningún organismo público responde bien a los fines que ha de cumplir. En la enseñanza, en la justicia, en la administración, en todo, impónense transformaciones radicales, (…) Hay que elevar la cultura del país convirtiendo la enseñanza de bachilleres y doctores en educación de hombres formados para las luchas de la vida y de ciudadanos útiles a su Patria. Hay que organizar los Tribunales… Hay que restaurar la Hacienda fundándola en prácticas de sinceridad. Y hay sobre todo, que purificar nuestra administración, imponer desde lo más alto a lo más bajo las ideas del deber y de la responsabilidad, y destruir sin compasión y sin descanso ese afrentoso caciquismo de que me repugna hablar (…)
Necesidad imperiosa es que la vida económica del país se desenvuelva sin las trabas de una centralización que levanta entre nosotros ya alarmantes protestas. Ha de estar ciego el que no vea que casi todas las regiones de España, en particular las que se aventajan por su cultura, su laboriosidad y su riqueza, mirando quizá más a los efectos que a las causas, atribuyen a la índole misma y a la organización del poder central los malos resultados de la política seguida hasta aquí.

De usted afectísimo, Camilo G. de Polavieja. Madrid, 10 de septiembre de 1898”

Los males de España, según el propio Rey

En este año me encargaré de las riendas del Estado, acto de suma trascendencia tal como están las cosas porque de mí depende si ha de quedar en España la monarquía borbónica o la república; porque yo me encuentro el país quebrantado por nuestras pasadas guerras, que anhela por un alguien que lo saque de esa situación. La reforma social a favor de las clases necesitadas, el ejército con una organización atrasada a los adelantos modernos, la marina sin barcos, la bandera ultrajada, los gobernadores y alcaldes que no cumplen las leyes, etc. En fin, todos los servicios desorganizados y mal atendidos. Yo puedo ser un rey que se llene de gloria regenerando a la patria, cuyo nombre pase a la Historia como recuerdo imperecedero de su reinado, pero también puedo ser un rey que no gobierne, que sea gobernado por sus ministros y por fin puesto en la frontera (…). Yo quiero reinar en España como Rey justo. Espero al mismo tiempo regenerar la Patria y hacerla, si no poderosa, al menos buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere para bien de España.
Diario de Alfonso XIII, 1 de enero de 1902.

La revolución desde arriba de Antonio Maura

(…) he dicho y repito que España entera necesita una revolución en el gobierno radicalmente, rápidamente, brutalmente; tan brutalmente que baste para que los que estén distraídos se enteren, para que nadie pueda ser indiferente y tengan que pelear hasta aquellos mismos que asisten con resolución de permanecer alejados (…).
No; más que nunca es ahora necesario restablecer aquella ya casi olvidada, de tiempo que ha que fue perdida, confianza entre gobernantes y gobernados; y ya no hay más que un camino, que es la revolución audaz, la revolución temeraria desde el Gobierno, porque la temeridad es, no obra de nuestro albedrío, sino imposición histórica de los ajenos desaciertos. Nunca habría sido fácil la revolución desde el Gobierno, nunca habría sido recomendable, si hubiera podido dividirse la facultad y esparcirse la obra en el curso del tiempo; pero cada día que pasa, desde 1898, es mucho más escabrosa, mucho más difícil, y el éxito feliz mucho más incierto; y no está lejano el día en que ya no quede ni ese remedio (…).

A.MAURA, Treinta y cinco años de vida pública, 1902-1913.
Madrid, 1917
Ley de jurisdicciones
               
Art. 3º: Los que de palabra o por escrito, por medio de la imprenta, grabado u otro medio mecánico de publicación, en estampas, alegorías, caricaturas, emblemas o alusiones injurien u ofendan clara o encubiertamente al Ejército o a la Armada o a Instituciones, armas, clases o cuerpos determinados de los mismos, serán castigados con la pena de prisión correccional […]
Art. 7º: Los de atentado o desacato a las autoridades militares, los de injuria y calumnia a éstas y a las corporaciones o colectividades del Ejército, cualquiera que sea el medio de empleado para hacer cometer el delito, con inclusión de la imprenta, el grabado u otro medio mecánico de publicación, siempre que dicho delito se refiera al Ejército de destino o mando militar, tienda a menoscabar su prestigio o a relajar los vínculos de disciplina y subordinación en los organismos armados, y los de instigación a apartarse de sus deberes militares a quienes sirvan o estén llamados a servir en aquella institución […]

Ley de Jurisdicciones, Madrid, 23 de Marzo de 1906

Manifiesto de los “jóvenes bárbaros”

                Rebelaos contra todos; no hay nadie o casi nadie justo […].
                Sed arrogantes como si no hubiera en el mundo nadie más fuerte que vosotros, no lo hay. La semilla más menuda prende en la grieta de granito, echa raíces, crece, hiende en la peña, rasga la montaña, derrumba el castillo secular […] triunfa. Sed imprudentes, como si estuvieseis por encima del Destino y la Fatalidad. Sed osados y valerosos, como si tuvieseis atadas a vuestros pies la Victoria y la Muerte. Sois la vida que se renueva, la naturaleza que triunfa, el pensamiento que ilumina, la voluntad que crea, el amor eterno […]
                Jóvenes bárbaros de hoy, entrad a saco en la civilización decadente y miserable de este país sin ventura, destruid sus templos, acabad con sus dioses, alzad el velo a las novicias y elevadlas a la categoría de madres para virilizar la especie, penetrad en los registros de la propiedad y haced hogueras con sus papeles para que el pueblo purifique la infame organización social, entrad en los hogares humildes y levantad legiones de proletarios, para que el pueblo tiemble ante jueces despiertos.
                Hay que hacerlo todo nuevo, con los sillares empolvados, con las vigas humeantes de los viejos edificios derrumbados, pero antes necesitamos la catapulta que abata muros y el rodillo que nivele solares.

                LERROUX, A.: Rebeldes, rebeldes. Barcelona, 1906

Moción de la Asamblea Obrera de Tarrasa (Semana Trágica).

Considerando que la guerra es una consecuencia fatal del régimen de producción capitalista; considerando, además, que dado el sistema español de reclutamiento del ejército, solo los obreros hacen la guerra que los burgueses declaran, la Asamblea protesta enérgicamente:
1. Contra la acción del gobierno español en Marruecos.
2. Contra los procedimientos de ciertas damas de la aristocracia que insultaron el dolor de los reservistas, de sus mujeres y de sus hijos, dándoles medallas y escapularios, en vez de proporcionarles los medios de subsistencia que les arrebatan con la marcha del jefe de familia.
3. Contra el envío a la guerra de ciudadanos útiles a la producción y, en general, indiferentes al triunfo de la cruz sobre la media luna, cuando se podrían formar regimientos de curas y frailes que, además de estar directamente interesados en el éxito de la religión católica, no tienen familia ni hogar, ni son de utilidad alguna al país […].
Compromete a la clase obrera a concentrar todas sus fuerzas por si hubiera de declarar la huelga general para obligar al gobierno a respetar los derechos que tienen los marroquíes a conservar intacta la independencia de su patria.
                                                                        21 de julio de 1909

La neutralidad española

La burguesía industrial, financiera, comercial, se enriqueció meteóricamente; era un frenesí de ganancias lo que producía la guerra; todo se vendía sin importar el precio; y la burguesía, deslumbrada por estas ganancias fáciles y rápidas, que rebasaban con mucho todo lo que había soñado, se preocupó únicamente del negocio inmediato. (…) Nadie se preocupó del futuro y, cuando la guerra terminó, esta burguesía se halló desbancada, sin poder competir con los demás países, por no haber reestructurado de base sus medios de producción(1). Y éste que pudo ser el gran momento para la economía española fue desperdiciado al no realizar (…) la reconversión necesaria(2).
J.A. LACOMBA, Ensayos sobre el siglo XX español, 1972

(1) por ejemplo, invirtiendo en tecnología
(2) ¿no te recuerda esta circunstancia al boom económico de hace pocos años con la construcción?

La asamblea de parlamentarios catalanes (5 de julio de 1917)

Seguidamente se dio lectura a las dos proposiciones presentadas (…). La segunda disposición la firmaban los señores (…). En ella se proponía:
Primero: proclamar la necesidad de organizar un régimen de amplia autonomía administrativa de todos los municipios para que puedan desenvolverse con libertad y respondan a sus fines naturales.
Segundo: proclamar asimismo la necesidad de organizar un régimen de amplia autonomía administrativa de las demás regiones españolas que contribuya al desenvolvimiento de todos sus elementos componentes, sin mengua de la unidad nacional.
Tercero: declarar que el Parlamento español debe reunirse cuanto antes para dar efectividad legal a las anteriores conclusiones y resolver los demás problemas planteados actualmente. En consecuencia, esperan que el Gobierno, compenetrado con este deseo, hará la convocatoria en el momento que a su juicio las circunstancias lo consientan.

ABC, Madrid, 7 de julio de 1917 (en Juan Antonio Lacomba,
La crisis española de 1917, Madrid, Ciencia Nueva, 1970)

Manifiesto conjunto UGT-CNT en 1917. (PAEG)

Mas, a pesar de nuestras advertencias serenas, de nuestras quejas metódicas y fundamentadas y de nuestras protestas, tal vez más prudentes y mesuradas de lo que exige la agudeza de los dolores que el país padece, es lo cierto que cada día que pasa representa para el proletariado una agravación creciente de la miseria ocasionada por la carestía de las subsistencias y por la falta de trabajo.
( ... ) El proletariado organizado ha llegado así al convencimiento de la necesidad de la unificación de sus fuerzas en una lucha común contra los amparadores de la explotación, erigida en sistema de gobierno. Y respondiendo a este convencimiento, los representantes de la Unión General de Trabajadores y los de la Confederación Nacional del Trabajo han acordado por unanimidad:
1) Que, en vista de[ examen detenido y desapasionado que los firmantes de este documento han hecho de la situación actual y de la actuación de los gobernantes y del Parlamento, no encontrando, a pesar de sus buenos deseos, satisfechas las demandas formuladas por el último congreso de la Unión General de Trabajadores, y con el fin de obligar a las clases dominantes a aquellos cambios fundamentales de sistema que garanticen al pueblo el mínimo de las condiciones decorosas de vida y de desarrollo de sus actividades emancipadoras, se impone que el proletariado emplee la huelga general, sin plazo limitado, como el arma más poderosa que posee para reivindicar sus derechos.
2) Que a partir de este momento, sin interrumpir su acción constante de reivindicaciones sociales, los organismos proletarios, de acuerdo con sus elementos directivos, procederán a la adopción de todas aquellas medidas que consideren adecuadas al éxito de la huelga general, hallándose preparados para el momento en que haya de comenzar este movimiento.  
 Madrid, 27 de marzo de 1917

Manifiesto del comité de huelga el 12 de Agosto de 1917

A los obreros y a la opinión pública: ha llegado el momento de poner en práctica, sin vacilación alguna, los propósitos anunciados por los representantes de la Unión General de Trabajadores y la Confederación Nacional del Trabajo en el manifiesto suscrito por estos organismos en el mes de marzo último. Durante el tiempo transcurrido desde esta fecha al momento actual, la afirmación hecha por el proletariado de demandar, como remedio de los males que padece España, un cambio fundamental de régimen político ha sido corroborada por la actitud que sucesivamente han ido adoptando importantes organismos nacionales, desde la enérgica afirmación de la existencia de de las Juntas de Defensa del Arma de Infantería, frente a los intentos de disolución de esos organismos por los Poderes públicos, hasta la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona el 19 de julio, y la adhesión a las conclusiones de esa Asamblea de numerosos ayuntamientos, que dan público testimonio de las ansias de renovación que existen en todo el país.
(…) Pedimos la constitución de un Gobierno Provisional que asuma los poderes ejecutivo y moderador, y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en una legislación viciada, la celebración de unas elecciones sinceras, de unas Cortes Constituyentes que aborden en plena libertad los problemas fundamentales de la constitución política del país. Mientras no se haya conseguido ese objetivo, la organización obrera se halla absolutamente decidida a mantenerse en su actitud de huelga. (…). ¡Viva España!
Madrid, 12 de agosto de 1917.
Comité Nacional de UGT y del PSOE

Evolución de la conflictividad social desde la “Gran Guerra”


HUELGAS
HUELGUISTAS
1914
212
76.373
1915
169
35.413
1916
237
159.667
1917
306
85.902
1918
463
163.078
1919
895
198.733
1920
1.060
264.080

Condiciones de vida en el campo andaluz

Los que suscriben, en representación de la Sociedad de agricultores y similares, […], y en el deseo de que el Instituto pueda hacer un minucioso estudio para la elaboración de un proyecto de Ley que dé satisfacción en la mayor cantidad posible a los obreros agrícolas en Andalucía, tienen el honor de exponer lo siguiente:1.º Que el origen de los actuales conflictos es motivado por la carestía de las subsistencias, de una parte, y de otra la intransigencia de la clase patronal, opuesta siempre a conceder aumentos en los salarios en proporción a cómo en esta provincia están las subsistencias […].[…] el jornal en metálico es el mismo, y además en especies (aceite, vinagre, ajos y sal),se les da una cantidad no mayor de 40 céntimos. En lo que afecta a los alojamientos (dormitorios), son pésimos, y ninguno, por lo regular, reúne condiciones de salubridad […].
Memoria para el Instituto de Reformas Sociales. Montilla, 19 de febrero de 1919

La guerra de Marruecos

Octubre, 1921. El día dos salieron las columnas de Nador(1) para operar sobre Sengangan (…). Las columnas iban mandadas por los generales Berenguer, Sanjurjo y Cabanellas, que se diseminaron por el campo convenientemente. Tan pronto se inició el combate, parecía el campo un monstruoso incendio. Las tropas de línea dejaban oír el tableteo de sus fusiles y ametralladoras. Las baterías(2) emplazadas en diferentes sitios disparaban sobre sus objetivos sin interrupción. Los aeroplanos descargaban su metralla e iban y venían a Melilla (…). Un aeroplano que volaba en dirección al campo enemigo, se le cayó inmediatamente una de las bombas, que cayó desgraciadamente entre los nuestros, matando e hiriendo a más de treinta soldados. Por fin se consiguió ocupar Sengangan estableciendo posiciones con consistentes alambradas, no sin haber sufrido el quebranto de innumerables bajas(3) entre los nuestros.

Diario de un soldado de ingenieros de guarnición en Zaragoza destinado a Marruecos. Marruecos, 1921.

(1) Gran ciudad del norte de Marruecos muy cerca de Melilla.
(2) cañones (artillería)
(3) muertos y heridos

El Expediente Picasso

(…) la desmesurada extensión de las diversas líneas militares tendidas en el territorio (…) la existencia de las cabilas armadas dejadas a retaguardia; pretender en tales condiciones adelantar temerariamente en el territorio insumiso y foco de la rebeldía sin medios adecuados ni preparación política, fiando en el azar y contando con la estrella, en demanda de la bahía de Alhucemas (…); fiar la seguridad del territorio de retaguardia al cúmulo de posiciones dispersas, deficientemente organizadas, mal abastecidas y guarnecidas, con disgregación de las fuerzas y constituyendo en sí mismas grave cuidado y compromiso; la falta de líneas escalonadas de apoyo para el caso de un obligado repliegue, eventualidad descartada de los cálculos del mando; y una vez provocados los sucesos, la acumulación apremiada en el frente, amenazado de todas las fuerzas disponibles de la región, con desguarnecimiento de la retaguardia y de la plaza, haciendo irreparable, por el fatal concierto de todas dichas circunstancias, las consecuencias del descalabro y de la desastrosa retirada, sobrevenida impensadamente para el Mando (…).

Se abandona la posición con todos sus elementos, sin órdenes, sin instrucciones, con prisas, sin conocer plan ni dirección, revueltas todas las fuerzas, confundidas, sin jefes, puede decirse, acosados por el enemigo y sin más idea visible que la de la salvación individual por la huida, vergonzosa en unos, inexplicable en otros y lamentable en todos, siendo inútiles los esfuerzos de unos cuantos para contener esta avalancha, que tan impremeditadamente se había dejado desbordar.
Es imposible hacer la descripción exacta de este momento de pánico, descrito de tan diversos modos por los diferentes testigos, que de ello no se saca más que una triste impresión de dolor.(1)

(1) Sólo estos dos últimos párrafos conforman el texto apuntado para la PAEG.


Proclama del golpe de estado de Primo de Rivera

Al país y al Ejército:
ESPAÑOLES: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos, amando la patria, no ven para ella otra solución que libertarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen un cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en su malla, secuestrándola, hasta la voluntad real (…).
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a la que nos lanzamos por España y por el rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos.
ESPAÑOLES: ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY!
Diario de Barcelona, 13 de septiembre de 1923

Proclama del golpe de estado de Primo de Rivera (PAEG)

Al país y al Ejército (1):
Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único –aunque débil– freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión. Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que, sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a que nos lancemos por España y por el Rey. No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de prelados, ex gobernadores, agentes de la autoridad, patronos, capataces y obreros; audaces e impunes atracos; depreciación de la moneda; francachela de millones de gastos reservados; sospechosa política arancelaria […] porque quien la maneja hace alarde de descocada inmoralidad; rastreras intrigas políticas tomando por pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema nacional; indisciplina social, que hace al trabajo ineficaz y nulo, precaria y ruinosa la producción agraria e industrial; impune propaganda comunista; impiedad e incultura; justicia influida por la política; descarada propaganda separatista […].
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a la que nos lanzamos por España y por el rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos.
ESPAÑOLES: ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY!

Manifiesto de Primo de Rivera tras el golpe de Estado, en ABC, 14 de septiembre de 1923

(1) En cursiva está todo lo que yo considero importante, en negrita el fragmento de la proclama incluido en el libro de Santillana, el que han indicado como base de los textos que van a preguntar.

El pacto de San Sebastián

(…) se reunieron esta tarde don Alejandro Lerroux y don Manuel Azaña, por la Alianza Republicana; (…) don Niceto Alcalá-Zamora y don Miguel Maura, por la Derecha Liberal Republicana; don Manuel Carrasco Formiguera, por la Acción Catalana; don Matías Mallol Bosch, por la Acción Republicana de Cataluña; don Jaime Ayguadé, por el Estat Catalá(1); y don Santiago Casares Quiroga, por la Federación Republicana Gallega, (…).
A esta reunión asistieron también, invitados con carácter personal, don Felipe Sánchez Román, don Eduardo Ortega y Gasset y don Indalecio Prieto, no habiendo podido concurrir don Gregorio Marañón(2), ausente en Francia, y de quien se leyó una entusiástica carta de adhesión (…).
Examinada la actual situación política, todos los representantes concurrentes llegaron en la exposición de sus peculiares puntos de vista a una perfecta coincidencia, la cual quedó inequívocamente confirmada en la unanimidad con que se tomaron las diversas resoluciones adoptadas.
La misma absoluta unanimidad hubo al apreciar la conveniencia de gestionar rápidamente y con ahínco la adhesión de las demás organizaciones políticas y obreras, que en el acto previo de hoy no estuvieron representadas para la finalidad concreta de sumar su poderoso auxilio a la acción que sin desmayos pretenden emprender conjuntamente las fuerzas adversas al actual régimen político.
Nota facilitada a la prensa por Indalecio Prieto
(en Miguel Maura, Así cayó Alfonso XIII, Méjico(3), 1962)

(1) están presentes las fuerzas catalanistas más radicales, pero no la Lliga, que ha participado en los gobiernos de Alfonso XIII.
(2) muchos intelectuales manifestaban su desacuerdo con el actual gobierno: Ortega y Gasset es una institución en filosofía y Gregorio Marañón lo es en medicina. Indalecio Prieto será una de las figuras clave del PSOE tras la muerte de Pablo Iglesias.
(3) todos los libros que tratan sobre España publicados durante la época franquista en países latinoamericanos evidentemente se publican allí por estar prohibidos en nuestro país o bien exiliados sus autores.

La renuncia de Alfonso XIII (PAEG)

Las elecciones celebradas el domingo, me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas (…).
Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo contra los que las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos (…), de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica expresión de la conciencia colectiva y, mientras habla la nación, suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola como única señora de sus destinos.

ALFONSO DE BORBÓN(1): “Manifiesto”, en La Vanguardia, 17 de abril de 1931.

(1) nombre de Alfonso XIII una vez que ya no es Rey

El error Berenguer (“Delenda est Monarchia”) (PAEG)

                España, una nación de sobre veinte millones de habitantes, que venía ya de antiguo arrastrando una existencia política bastante poco normal, ha sufrido durante siete años un régimen de absoluta anormalidad en el Poder público […].
                A ese hecho responde el Régimen con el Gobierno Berenguer, cuya política significa: volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos “como si” aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal. Eso, eso es todo lo que el Régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a los veinte millones de hombres ya maltratado de antiguo, después de haberlos vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años […].
Pero esta vez se ha equivocado. Este es el error Berenguer. Al cabo de diez meses, la opinión pública está menos resuelta que nunca a olvidar la «gran viltá» que fue la Dictadura. El régimen sigue solitario, acordonado como leproso en lazareto. No hay un hombre hábil que quiera acercarse a él; actas, carteras, promesas –las cuentas de vidrio perpetuas– no han servido esta vez para nada. Al contrario: esta última ficción colma el vaso. La reacción indignada de España empieza ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses. España se toma siempre tiempo, el suyo. […] Quiere una vez más salir del paso, como si los veinte millones de españoles estuviésemos ahí para que él saliese del paso. Busca a alguien que se encargue de la ficción, que realice la política del «aquí no ha pasado nada». Encuentra solo un general amnistiado. Este es el error Berenguer del que la historia hablará. Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el régimen mismo; nosotros, gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestros conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!
Delenda est Monarchia. (1) (2)

«El error Berenguer». Artículo de José Ortega y Gasset publicado en El Sol, 15 de noviembre de 1930

(1) El colofón de este artículo está en latín, y significa: “la monarquía debe ser destruida”
(2) Sólo lo destacado en cursiva está seleccionado para la PAEG



Renuncia de Alfonso XIII a sus prerrogativas regias. (PAEG)

"Al país: Las elecciones celebradas el domingo (1 2 de abril) me revelan claramente que no tengo el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, y puse el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas.
Un rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin malicia. Soy el rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del poder real y me aparto ce España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.
También ahora creo cumplir el deber que me dicta el amor a la patria Pido a Dios que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles.

Alfonso XIII. Manifiesto de despedida de Alfonso XIII (13 de abril de 1931).

ALFONSO XIII Y LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN (1902-1931)

ALFONSO XIII Y LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN (1902-1931)

1. La primera parte del reinado de Alfonso XIII y los proyectos de Regeneracionismo político.
2. La crisis del Parlamentarismo; la neutralidad en la Primera Guerra Mundial.
3. La dictadura de Primo de Rivera y la caída de la monarquía. Los problemas económicos.

Alfonso XIII


Parece que con la crisis del 98 todos los problemas que tenía el país salen a la luz. Florecen las críticas abiertamente. Las tendencias políticas en la oposición crecerán al amparo de la imposibilidad de cambio, ante el inmovilismo del régimen de Alfonso XIII, que, pese a las reformas, seguirá siendo esencialmente elitista, y sólo representa las aspiraciones de las altas clases sociales. Por eso, la crisis de la Restauración también supondrá el fin de la monarquía Alfonsina y la proclamación de la República.
Durante este periodo, en palabras de Melquíades Álvarez: “Impera arriba la arbitrariedad; abajo, el desorden; en todas partes, la violencia”.



1. LA PRIMERA PARTE DEL REINADO DE ALFONSO XIII Y LOS PROYECTOS DEL REGENERACIONISMO POLÍTICO

Joaquín Costa
Podemos definir el “Regeneracionismo” como una corriente de pensamiento, nacida con el “desastre de Cuba”, que plantea la necesidad para España de una “regeneración” en todos los ámbitos: el sistema político, la economía, la política exterior, la cuestión religiosa, etc. Sus principales representantes serán críticos con el sistema imperante, pero no crearán una tercera fuerza política unificada que fuera capaz de llevar a cabo las reformas planteadas. Así, su figura más destacada será Joaquín Costa, que sin embargo rechazó un escaño, pues desconfiaba de la política y los políticos. También formó un partido de escaso éxito. 

Costa participó, por ejemplo, en el proyecto de la Institución Libre de Enseñanza, fundada por Francisco Giner de los Ríos, entre otros. Ésta buscaba renovar la educación española, incorporando métodos de otros países, como materias más prácticas que las que se venían impartiendo, y sobre todo, desde una perspectiva laica y alejada de los dogmas y la influencia de la Iglesia.

    La principal labor, pues, de los pensadores regeneracionistas será identificar primero los problemas de España, para buscar a continuación la solución adecuada:
1.        El sistema político: el turnismo político lleva en España funcionando más de 25 años sin cambios apreciables. Pese a que garantiza la no intervención de la violencia en los cambios de gobierno, los partidos que se alternan no representan a la mayoría de los españoles, y los regeneracionistas se quejan de la falta de representatividad del sistema. Tanto el partido Conservador como el partido Liberal Fusionista son partidos de la burguesía, fuera quedan los intereses del movimiento obrero, republicanos, nacionalistas,…  Las elecciones tampoco representan las aspiraciones de la población española, puesto que son falseadas gracias al sistema caciquil.¿Cuál sería la solución? Que las elecciones fueran libres y se admitiese en el gobierno otras fuerzas políticas. Como veremos, sólo los nacionalistas entrarán, y tarde, en el mismo, y sólo a la fuerza.
2.       La economía: era evidente el atraso de la economía española respecto a otras naciones de la Europa occidental. Nuestra burguesía se enriquecía con ciertos negocios pero sectores clave, la minería y los ferrocarriles, principalmente, estaban en manos de inversores extranjeros. Además, nuestra debilidad hacía que el Estado practicara una política proteccionista para el comercio exterior, elevando con altos aranceles el precio de lo que venía de fuera del país, y así favorecer la producción nacional. Ello, sin embargo, era un impedimento para las exportaciones a la vez que encarecía ciertos productos necesarios (perjudicaba a la mayoría, beneficiaba a la burguesía). Además, aún la mayor parte de la población trabaja en el sector primario, a diferencia de los más avanzados donde ya la producción industrial supera a la agropecuaria. Como solución sólo se podría proponer la inversión en la industria nacional, para hacerla más competitiva.
3.       La política exterior y la cuestión militar: tras la pérdida de nuestras últimas posesiones coloniales, en plena efervescencia de los imperios europeos por todo el mundo, la política exterior consistirá en el aislamiento respecto a las grandes alianzas que se están gestando, y sólo quedará como alternativa el norte de África. Allí se dirigirán los intereses de la burguesía. Pero al embarcarse en nuevos conflictos, en España rebrotará la intervención de los militares en la política.
4.      La cuestión religiosa: en la época de Alfonso XII y la regencia de María Cristina de Habsburgo la Iglesia, con la que el régimen se había intentado reconciliar, había recuperado gran parte del terreno perdido, y habían rebrotado las órdenes religiosas con enormes posesiones. Además, seguía en su poder la enseñanza, que servirá para adiestrar a las élites sociales en su moral y sus ideas. Esta situación desembocará en una nueva oleada de anticlericalismo, puesto que la Iglesia estaba mantenida por el Estado, y por tanto, se llevará una parte de sus presupuestos, que gravan a creyentes y no creyentes, y no sirven para alimentar otras inversiones (educación, infraestructuras, deuda exterior,…).

El sistema canovista va a entrar en crisis por diversas causas:
1.       El turnismo político, que tan escrupulosamente había seguido su rumbo durante la regencia, se verá interrumpido por el intervencionismo del monarca en los gobiernos, puesto que los disolverá a su antojo y por tanto, serán a veces, breves e inestables. Hubo pocos políticos que se ganaran la estima del Rey, pero hay que entender que comenzó a gobernar con tan sólo dieciséis años, y además, por su propia personalidad, piensa que con un cambio de rumbo elegido por él, se solucionaría todo rápidamente.
2.      Falta liderazgo claro en los partidos del sistema canovista: hay un relevo generacional, del fallecido Cánovas, primero por Silvela y luego por Maura (destacan también Dato, Romero Robledo,…), y en el partido liberal, de Sagasta (muerto en 1903) por Canalejas (otras figuras importantes serían Moret, el conde de Romanones,…). Esto se agravará con el intervencionismo de Alfonso XIII y la mala relación entre ambas fuerzas políticas. Así, los grupos de la oposición tendrán cada vez más fuerza, ante la incapacidad del gobierno.
3.      Colaboración con los militares (educación militar). Eliminada el gran parte la influencia de los militares en la política con Cánovas, vuelven a tenerla gracias a las crisis marroquíes. Pero en este primer periodo, los políticos no son militares. Maura era jurista, Sagasta ingeniero de caminos, Cánovas, literato e historiador,… Ante la agitación social, el incremento de las huelgas, la fuerza del anarquismo, etc. el rey tendrá que recurrir cada vez más a los militares, desembocando en una dictadura militar.

Las principales iniciativas reformistas partirán de figuras como Antonio Maura, conservador, como de José Canalejas, liberal:

Maura: la “revolución desde arriba”


Antonio Maura
Durante su primer mandato, en 1904, instauró el descanso dominical, una reforma para contentar a los sectores obreros.
En el llamado gobierno largo” de Maura (1907-09), éste intentó hacer “una revolución desde arriba” para evitar “la revolución desde abajo”, es decir, emprendió cambios necesarios a la vista de todos. Era consciente de que había una España dual: la “España real”, y la que veían las altas clases sociales y políticas. Sin embargo, sus principales reformas fueron un fracaso:
·         Con su Ley electoral de 1907, que según él, buscaba el “descuaje del caciquismo”, estableció el voto obligatorio, para fomentar la movilización ciudadana. Sin embargo, esta ley  incluía el polémico Artículo 29 que dispuso el nombramiento automático del único candidato en los distritos en los que no hubiese contendiente. Así, los caciques nada más tendrá que readaptar sus técnicas para salirse con la suya, y dicha reforma quedó en nada.
·         Ante el enorme poder de la Administración Central, propuso regenerar el municipio a través de su Ley de Administración local en 1907. Permitió la agrupación de las diputaciones provinciales en forma de mancomunidades, especialmente demandadas por el regionalismo catalán.


Alfonso XIII con Antonio Maura
Con Maura será la primera vez que la “cuestión de Marruecos” provoca una grave crisis, que va a estallar como consecuencia del desastre militar del Barranco del Lobo en 1909.
Recogiendo a un herido durante los combates
En julio de 1909 Maura ordenó que los reservistas catalanes embarcaran en Barcelona con destino a Melilla, que estaba siendo atacada por las tribus rifeñas (el Rif es el norte del actual Marruecos). La resistencia a tal medida fue apoyada por sindicatos y partidos catalanes, que se oponían a la guerra. El 26 de julio empezó la Semana Trágica de Barcelona al estallar una huelga general, mientras la capital catalana se llenaba de barricadas y comenzaba una oleada de incendios de iglesias. En estas protestas, por tanto, se manifestaban el antimilitarismo, el anticlericalismo, el nacionalismo catalán y la fuerza de republicanos radicales (Lerroux) y obreros en las calles. Es la primera vez que colaboran los opositores al régimen. La represión fue muy dura: 17 condenados a muerte, y más de mil encarcelados. La ejecución del anarquista Francisco Ferrer (líder intelectual, cuya participación en los disturbios jamás se demostró) desató una oleada de protestas más allá incluso de nuestras fronteras, provocando movilizaciones bajo el lema “Maura, no”, que se saldó con su dimisión.


Quema de conventos durante la Semana Trágica


Construyendo barricadas en Barcelona


Gobierno de Canalejas (1910-2)

José Canalejas

Tras un corto gobierno de Segismundo Moret, el rey mandó formar gobierno al liberal Canalejas, quien emprendió un reformismo social sólo truncado por su muerte en 1912, a manos de un anarquista.
·         Consciente de la necesidad de que el Estado protegiera a las clases más bajas, empezó a legislar en materia laboral: la regulación de la jornada, el trabajo de mujeres y niños,…
·         También pretendió separar Iglesia y Estado, frenando el rebrote de poder del clero con la llamada “Ley del Candado”, que prohibía la fundación de nuevas órdenes religiosas en España. Apenas tuvo éxito, porque la mayoría de las mismas ya se había establecido en nuestro país en los años anteriores, y sólo le hizo ganar la enemistad del clero.
·         Políticas sociales: reducción del impuesto de consumos y nueva Ley de Reclutamiento, que eliminaba la exención del servicio militar obligatorio (aunque permitía la reducción del mismo, si se compraba el equipo y se pagaba una cantidad).
José Canalejas con el rey Alfonso XIII
2. LA CRISIS DEL PARLAMENTARISMO; LA NEUTRALIDAD EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

En la crisis del parlamentarismo previa al periodo de la dictadura de Primo de Rivera, van a confluir dos factores:
1.        Tras la dimisión de Maura y el asesinato de Canalejas, se abre un periodo de crisis de liderazgo en los partidos tradicionales. Eduardo Dato será el elegido dentro del partido conservador para relevar a Maura, que ya no contaba con la confianza del rey más que en casos de urgencia, y dentro del partido liberal la figura más destacada será el multimillonario conde de Romanones.


El conde de Romanones
2.       Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. España adoptará un papel neutral en dicho conflicto, a pesar del apasionado debate que tendrá lugar en todos los ámbitos (el máximo defensor de tomar una postura probelicista fue el conde de Romanones).
Sin embargo, nuestra neutralidad fue enormemente beneficiosa para nuestra economía: así lo demuestra el gran incremento de las exportaciones hacia los países beligerantes (cuya producción se va a destinar a la guerra), que sin embargo, encarecen el precio de los productos dentro del país, pues la oferta se reduce (es más rentable vender a mayor precio en el exterior). Así mientras por un lado, la burguesía y los productores agrícolas se enriquecen, esta bonanza económica no repercute en la mayoría, más bien, todo lo contrario: aumenta la pobreza y disminuye el poder adquisitivo de la clase trabajadora, puesto que no suben los salarios y sí los precios. Éste es el contraste de la época que va desde la Gran Guerra hasta los años veinte inclusive, en la que empiezan a aparecen los barrios modernistas de las ciudades como reflejo del poder de la burguesía, sobre todo en los centros industriales de Bilbao y Barcelona (con las obras famosas de Gaudí), pero también en Melilla, la segunda ciudad de Europa con más edificios modernistas (detrás de Bruselas).
En síntesis, los grupos políticos en la oposición, puesto que no entran en el sistema de la Restauración son:

1.        IZQUIERDA:

·         Movimiento obrero:
§   el anarquismo, representado por CNT (1910), que llegó a tener 500,000 afiliados y fue el mayor sindicato en España. Su mayor implantación fue en Andalucía, Cataluña y Valencia. Su principal figura fue Ángel Pestaña, mientras que dentro de los partidarios del terrorismo el líder indiscutible fue Buenaventura Durruti.
§  El socialismo, representado por el PSOE (1879), el sindicato UGT, y el PCE (Partido Comunista Español), nacido en 1921 como escisión del partido socialista, y apoyado por la III Internacional o Internacional Comunista, dirigida desde Moscú, y que busca la extensión de la revolución bolchevique por otros países.
·         Republicanismo:
§  El Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux (1908), que tenía un discurso populista y exaltado.
§  El Partido Reformista de Melquíades Álvarez (1913) que ansía ante todo la democratización, antes incluso que la República. Aquí militaría un joven Manuel Azaña.

2.       DERECHA:

·         El Partido Tradicionalista, nacido como escisión de los carlistas.
·         Los grupos católicos (son varios), que buscan una visión más religiosa de la política que el régimen liberal.
·         El PNV, que fue ganando votos en el País Vasco.
·         La Lliga Regionalista (1901), que acabó participando en el turno. Destacadas figuras fueron Prat de la Riba, Cambó y Francesc Macià.

Alejandro Lerroux
En 1917, coincidiendo con el triunfo de la revolución rusa, en la que primero es derrocado el zar y más tarde se instala en el poder el primer régimen de ideología marxista de la historia, tendrá lugar en España una crisis en varios ámbitos, muestra del malestar de amplias capas de la sociedad. Esa crisis será militar, parlamentaria y hasta tendrá lugar una huelga revolucionaria.

2.1 La triple crisis de 1917:

1.                   La creación de las Juntas Militares: a principios de año dentro del ejército van a organizarse las denominadas Juntas Militares, con funciones similares a las de los sindicatos, es decir, buscan mejorar las condiciones del estamento militar en cuestiones como el sistema de ascensos, que beneficia desorbitadamente a los “africanistas” (destinados en Marruecos) y pagas (la subida de los precios también les afecta),. También se exige un mayor respeto al ejército, claramente cuestionado por su efectividad, como ya se demostró con el incidente del Cu-Cut (que consistió en que dicha publicación humorística criticó la inoperancia del ejército, con lo que un grupo de militares asaltó sus instalaciones, destruyéndolas). Todas sus demandas serán satisfechas; el rey intenta así ganarse el apoyo de los militares y el ejército se convierte en un pilar de la monarquía a partir de ahora.

Viñeta que provocó a los militares, ya que dice que si se celebra una victoria, no será de los militares
2.                 La asamblea de parlamentarios: el rey acostumbraba a disolver las Cortes no siguiendo un criterio como en la época de la regencia de su madre, sino a su antojo. De hecho, se hizo cada vez más frecuente que se cerrasen las mismas, con lo cual el poder legislativo estaba paralizado. La crisis parlamentaria de verano de 1917 ocurre porque ¡las Cortes permanecían cerradas desde febrero! En Barcelona se van a reunir, fuera de la legalidad un grupo de diputados, casi 70, liderados por Francesc Cambó, denunciando la ineficacia del gobierno. Como la mayoría de los diputados “rebeldes” pertenecen a la Lliga Regionalista, su petición principal será autonomía para todos. Sin embargo, no hay colaboración con partidos de izquierda por desconfianza hacia ellos. La asamblea es disuelta cuando el gobierno accede a admitir diputados nacionalistas dentro del mismo (fin del turnismo clásico). Este éxito organizativo se debió a la Mancomunidad catalana, que funcionaba desde 1914.


Francesc Cambó

3.                  La Huelga General de 1917: ya CNT había promovido otra huelga general en 1916 de 24 horas con bastante éxito, sin embargo, pero ésta, convocada por UGT, va a tener carácter indefinido. Comenzó el 13 de Agosto, con carácter revolucionario, en clara relación con la revolución rusa de febrero. Se inició en Valencia, y su detonante fue un despido masivo en el sector ferroviario, sin posibilidad de readmisión, de unos huelguistas. Tendrá un mayor éxito en las zonas industriales y mineras, donde el proletariado está más organizado y funcionan las organizaciones socialistas que movilizan a la gente (“Casas del Pueblo”). Conforme va cuajando, se unirán a ella otras fuerzas del movimiento obrero,  los anarcosindicalistas de CNT y también se sumará un partido político, el PSOE. El corazón huelguista será Barcelona, el centro económico del país, donde durará hasta 17 días. Se producirán choques contra el ejército, que así se distancia del movimiento obrero, considerándolo “agitación social” que perjudica al Estado.
Represión de la huelga general de 1917
El comité de huelga, Besteiro, Anguiano, Saborit y Largo Caballero (sentado)

Para colmo, tras la “Gran Guerra” se produce una crisis económica de posguerra, debido a los reajustes de las economías mundiales. Al periodo que va desde 1918 a 1921 se le llama en la historiografía española “Trienio bolchevique”, debido al aumento de la agitación obrera con huelgas, manifestaciones, en tal número, que el gobierno no las puede atajar. Por ello, aparece el fenómeno del “pistolerismo”, matones a sueldo de los patronos para acabar con los líderes e instigadores de las mismas, ante la incapacidad de la clase política de establecer el control. Por otra parte, también habrá revueltas campesinas en Andalucía, feudo esencial del anarquismo español.
Eduardo Dato

Para acallar las protestas, los sucesivos gobiernos van a aprobar importantes reformas sociales, como la creación del Ministerio de Trabajo y la concesión de la jornada laboral de 8 horas, que sin embargo, no son suficientes,…

Ante el gravísimo cariz que estaban tomando los acontecimientos, el rey va a formar desde 1918 gobiernos de concentración nacional, con representantes de todas las fuerzas políticas (sólo las permitidas por él: liberales, conservadores y regionalistas catalanes). De hecho, la agitación social no disminuye, y un nuevo líder político, Eduardo Dato, será asesinado en 1921.



2.2 Crisis de Marruecos:

Oficiales de un puesto de observación artillera
Imágenes de la guerra



Campamento militar junto a un pueblo

Tras el reparto de África en la Conferencia de Berlín (1885), Alemania se va a incorporar tarde a la “carrera colonial” (época del Imperialismo), y ante su presión, Reino Unido y Francia promueven en la Conferencia de Algeciras (1906), la división de Marruecos en dos zonas de influencia: uno en el norte, supervisado por España, una potencia secundaria, y la zona sur, bajo la influencia de Francia. El gobierno se propone así recuperar el prestigio perdido, participando en las nuevas expediciones coloniales,  explotar sus riquezas mineras, y colocar en aquel mercado nuestros productos. Sin embargo, éste será un “regalo envenenado”, puesto que las tribus rifeñas siempre opusieron una gran resistencia.


De hecho, poco después, tendrá lugar el primer gran descalabro militar, el desastre del Barranco del Lobo (1909), que provocó los incidentes de la Semana Trágica de Barcelona. Más tarde, en 1912, tiene lugar el establecimiento del Protectorado (sistema de dominación colonial que consiste en tener jefes nativos como títeres que sostienen el poder real de una potencia extranjera).

Debido al carácter belicoso de las tribus del este del protectorado (las del oeste habían pactado con España) y a las especiales y duras condiciones de la contienda en el norte de África, tiene lugar la creación de la Legión (1920) por Millán Astray, a imitación de la Legión Extranjera Francesa.

Millán Astray, fundador de la Legión

Juramento a la bandera de los primeros legionarios. A la izquierda, Millán Astray, y a la derecha, un conocido...
Franco y Millán Astray en África


                Sin embargo, el detonante final que provocó instauración de la dictadura, fue el desastre de Annual, en Julio de 1921. El rey, que gustaba de intervenir en todo y buscaba solucionar todo de un plumazo, como si tuviese una “varita mágica”, había encargado de las operaciones en la zona de Melilla al general Fernández Silvestre, que tenía un carácter atrevido y ofensivo, del gusto del monarca. Así que aquél emprendió un avance en columna con gran rapidez, por territorio enemigo. Como no tomó las precauciones debidas, sus comunicaciones pronto estuvieron interrumpidas, y lo que es peor, se encontró con una fuerza militar superior en número reunida por el líder rifeño Abd-el-Krim.




Abd-el-Krim, líder de la resistencia rifeña




Se ordenó la retirada, pero por alguna razón, no funcionó la cadena de mando: las unidades huyeron en un caos absoluto, y las fuerzas enemigas aprovecharon el desorden para infligir una derrota terrible a las fuerzas españolas, causando unas 14.000 víctimas en pocos días. Muchas pequeñas unidades se refugiaban en los puntos fortificados creados por el ejército para tener el control del protectorado, pero fueron conquistadas una por una por Abd-el-Krim. De hecho, tras rendir a 3.000 hombres en el Monte Arruit, los hizo degollar y destripar. Llegó a las puertas de Melilla, que jamás logró conquistar.
Recogida de cadáveres en Monte Arruit

Los heridos no eran auxiliados por sus compañeros en huida, pero sí torturados por los rifeños

Tan terrible acontecimiento causó una enorme conmoción en la opinión pública española, y un mayor rechazo aún a la guerra de Marruecos (el servicio militar duraba 8 años). Se ordenó inmediatamente que se abriera una investigación sobre las responsabilidades en dicho asunto, el conocido “Expediente Picasso” (instruido por el general Juan Picasso), pero éste podía implicar al mismo Rey… Se demostró, entre otras cosas, cómo Silvestre, que había muerto, había asumido riesgos innecesarios, o desfalcos y corrupción en los abastecimientos del ejército, la ineficacia del mismo, etc.
Cartel alusivo al desastre de Annual
Así tendrá lugar el 13 de septiembre de 1923 la proclama del general Miguel Primo de Rivera, con el apoyo del Rey y la nula oposición por parte de los políticos y del ejército.


3. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA. LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS

Primo de Rivera con el Rey y otros militares tras su golpe
El final del reinado de Alfonso XIII está indisolublemente unido a los militares. Se estructura fácilmente en varias fases:
·         LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA:
- 13-septiembre-1923/diciembre 1925: el Directorio Militar.
- Diciembre-1925-enero 1930: el Directorio Civil.
·         1930-31: La “dictablanda” de Berenguer y el gobierno del almirante Aznar (febrero-marzo 1931).

3.1 La Dictadura de Primo de Rivera:

El 13 de septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña (mando de mayor graduación de una región militar), Miguel Primo de Rivera hacía su proclama “al país y al Ejército”. Evidentemente, el monarca era conocedor de los hechos con anterioridad, y esperó al desarrollo de los acontecimientos, y visto que sólo había expectación ante el golpe y nula resistencia, decidió respaldar el mismo, con lo que unirá su destino al de la dictadura. Además, Primo expresa el carácter transitorio de la dictadura hasta que “el país ofrezca hombres rectos, sabios laboriosos y probos”.
En muchos sectores, se quería ver en Primo como el “cirujano de hierro” que exigía la situación y los regeneracionistas como Joaquín Costa, que arreglasen ese cuerpo enfermo que era España, según Silvela.
El contexto en el que aparece la Dictadura en España es muy similar al que existe en Italia antes de la llegada al poder de Mussolini: conflictividad social (huelgas, ocupaciones de tierras, de fábricas, atentados…), miedo de la burguesía, crisis parlamentaria, crisis económica,…

El Directorio Militar (1923-25):


Miguel Primo de Rivera con su Directorio Militar

Las medidas del Dictador no se dejaron esperar:
1.        Creó un Directorio Militar (compuesto por 8 generales de brigada y un contraalmirante), de carácter consultivo, que le asesoraría para el gobierno.
2.       Cerró las Cortes.
3.       Declaró la Constitución de 1876 en suspenso.
4.      Declaró el Estado de guerra hasta 1925.
5.       Disolvió los Ayuntamientos y las diputaciones.
6.       Sustituyó a los gobernadores civiles (de cada provincia) por militares.
7.       Persiguió la corrupción. Así, con su Decreto de Incompatibilidades, cualquier ex ministro o alto funcionario no podía pasar al consejo de administración de compañías que contrataban con el Estado.
8.       Paralizó la investigación del “expediente Picasso”, que podía ensuciar la reputación del monarca.
9.       Suprimió la Mancomunidad catalana en 1925.
10.    Persiguió las actividades anarquistas de CNT con gran dureza.
11.     Pacificación de Marruecos con el desembarco de Alhucemas (1925). Primo de Rivera, antes de su golpe de Estado, ya había manifestado su voluntad de abandonar el Protectorado, ante nuestra incapacidad económica y militar. Sin embargo, presionado por los militares y la burguesía, buscó recuperar el control del mismo. La oportunidad nos la proporcionó el líder rifeño Abd-el-Krim, ya que invadió la zona bajo control francés. Así se preparó un desembarco conjuntamente con Francia, a instancias de ella, para dividir la zona ocupada por los rebeldes en dos. Era la primera vez que se planificaba con todo detalle cada una de las operaciones militares, de abastecimiento, etc. en décadas, y además, se emplearon tácticas militares más modernas. El éxito fue rotundo, Abd-el-Krim tuvo que huir y fue apresado por las autoridades francesas, mientras que España recuperaba el control pleno de su área de influencia.


El problema más grave que tenía el país, y que había prácticamente justificado su golpe, estaba solucionado. También había ocurrido lo mismo con la conflictividad social, con la persecución de CNT. Pero su dictadura transitoria no iba a acabar aquí.


El desembarco de Alhucemas en una representación propagandística donde aparece el dictador en el centro
El Directorio Civil (1925-30):

El éxito del desembarco de Alhucemas hizo que Primo de Rivera pensara en disolver el Directorio Militar y formase un Directorio Civil, con lo que no se cumpliría el propósito inicial de una dictadura “transitoria”, sino que iba a consolidar el régimen. Los intentos de institucionalización serían a través de unas medidas políticas:
La creación de la Unión Patriótica (1924), un partido del régimen, que nunca fue popular, ni tuvo una ideología clara. Incluso creó una milicia armada, el Somatén (1923), a imitación del régimen de Mussolini.
Creó una Asamblea consultiva en 1926, que resultó inoperante.
Preparó un proyecto de Constitución que establecía un régimen autoritario, con un Estado confesional e intervencionista en la economía. No fue promulgada por la oposición de la opinión pública.

Política económica:

Hay que entender como primer aspecto, que tras la crisis (que dura hasta 1921) por la reconversión industrial, agraria, etc. debida a los reajustes tras la guerra, en general, hay una buena coyuntura económica, son los “felices años veinte”.
Un segundo factor positivo será que tras muchas décadas con unas finanzas en números rojos, Calvo Sotelo efectúa una reforma de la Hacienda que dejará las cuentas del Estado saneadas (luchó contra el fraude, aumentó la recaudación y se liquidó la deuda).
Así, y sólo así, se puede entender el quizá más conocido aspecto de la época de la Dictadura de Primo de Rivera, su política de creación de obras públicas, como ya había hecho Mussolini y haría Hitler. Se asfaltaron y construyeron carreteras, y también el conde de Guadalhorce dirigió una política hidráulica que construyó pantanos para el abastecimiento y regadío, a la vez que propulsó un importante programa de producción hidroeléctrica.
Este intervencionismo estatal en la economía, propia de los regímenes fascistas, se completará también con la creación de monopolios estatales en sectores clave: IBERIA, CAMPSA y Telefónica.
El proteccionismo en lo referente al comercio exterior también es reflejo de ese intervencionismo. Se “protege” la producción nacional elevando la extranjera con fuertes aranceles. Además, se obligará al empleo del carbón español para ferrocarril e industria, fomentando dicho sector.
Se creó el Servicio Nacional del Crédito Agrícola, para dar préstamos a los campesinos, una medida que ya se apuntó en la época de las desamortizaciones, para repartir más equitativamente la riqueza.
Creó 5000 escuelas, lo que favoreció una reducción significativa del analfabetismo (mayor que en otros países del entorno).
Siguiendo una doctrina corporativista, propia de los regímenes fascistas (Mussolini, luego con Franco) se crea la Organización Nacional Corporativa (1926), que busca solucionar la conflictividad laboral por medio de negociaciones permanentes y arbitradas entre la patronal y los representantes de los trabajadores. UGT se prestará a dicho sistema, colaborando, pues, con la dictadura. El número de huelgas va a disminuir ostensiblemente, y así, el descontento de trabajadores y propietarios, aunque no hay que olvidar también que a esta situación contribuye la represión de libertades.
Durante la dictadura, se aprecia cómo desciende el % de población activa que trabaja en el sector primario y hay un pequeño aumento del sector secundario y servicios, lo cual es un indicativo de una clara evolución económica hacia un país menos agrario.
Como escaparate hacia el exterior de los logros del régimen servirán la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla.

La caída de Primo será debida a una serie de factores:
·         la crisis económica desde 1929.
·         el rechazo a su Proyecto de Constitución.
·         tanto él como la Unión patriótica nunca tuvieron gran respaldo popular.
·         el sistema de ascensos le enfrentó a los militares (de hecho, disolvió el cuerpo de Artillería).


El dictador Primo de Rivera despachando con el rey Alfonso XIII

3.2 La “Dictablanda” de Berenguer y el gobierno del almirante Aznar:

En Enero de 1930 el Rey pone a Dámaso Berenguer en el gobierno. Buen militar, nunca tuvo habilidad política.
Durante su mandato, la oposición se va a organizar para derrocar a la monarquía, firmando en agosto el Pacto de San Sebastián. Así colaborarán las fuerzas que no entran en el sistema de la restauración: republicanos, nacionalistas y socialistas. También contaban con el apoyo de militares, como Queipo de Llano. El golpe quedó previsto para el 15 de diciembre de 1930, pero la guarnición de Jaca se adelantó al 12, lo que provocó el fracaso de la operación y el fusilamiento de los cabecillas militares. El día previsto tuvo lugar otro golpe en el aeródromo de Cuatro Vientos. Como resultado de estos intentos fallidos, muchos líderes políticos implicados acabaron en prisión, como Niceto Alcalá-Zamora.
Berenguer dimitirá en febrero de 1931, y mientras se convocan elecciones, estará al mando otro militar, el almirante Aznar. Las primeras serán las municipales, celebradas el 12 de abril 1931. Los escaños se repartieron entre los partidos tradicionales (conservadores, liberales) y las otras fuerzas políticas, sin embargo, en las capitales del país, donde no tiene tanta fuerza el sistema caciquil, la mayoría para los republicanos fue aplastante (victoria en 41 de 50 capitales de provincia). El rey tomó nota de lo que esta derrota significaba y se preparó para el exilio. El 14 de abril de 1931 se declaraba la II República.

Proclamación de la II República en la Puerta del Sol de Madrid